Huelva, a examen: la pesca deportiva tendrá que declarar cada captura por primera vez en la historia
Los aficionados onubenses deberán registrar su actividad a través de una aplicación móvil a partir de enero de 2026, una medida sin precedentes que busca equiparar el control del sector recreativo al de la pesca profesional.
Se acabó el anonimato en la orilla y el silencio en la embarcación. La pesca deportiva en la costa de Huelva se enfrenta al cambio normativo más drástico de su historia reciente. A partir del 10 de enero de 2026, los miles de aficionados que lanzan sus cañas desde Ayamonte hasta Matalascañas estarán obligados a «dar parte» de su jornada a la administración, detallando qué pescan, cuánto pesa y, lo que es más sorprendente, informando incluso cuando vuelven a casa con las manos vacías.
Esta nueva normativa, que emana de directrices europeas y se aplica a nivel autonómico, pone el foco sobre una actividad muy arraigada en la provincia onubense, donde la pesca recreativa no es solo un pasatiempo, sino parte de la identidad cultural.
El ‘Gran Hermano’ de la pesca: la app PescaREC
La herramienta clave de este nuevo escenario será PescaREC, una aplicación móvil desarrollada por la el Gobierno de España que pasará de ser una utilidad voluntaria a un requisito obligatorio.
Según el nuevo reglamento, cualquier pescador que opere en aguas interiores —ya sea desde costa (surfcasting), desde embarcación, en kayak o practicando pesca submarina— deberá registrar electrónicamente sus capturas. Los datos exigidos serán exhaustivos:
- Especie capturada.
- Número de piezas.
- Peso y talla.
- Capturas devueltas al mar (pesca y suelta).
- Jornadas en blanco: Si un pescador de Huelva pasa el día en el espigón de Punta Umbría y no pesca nada, también tendrá la obligación legal de notificarlo ese mismo día.
¿Por qué ahora?
La justificación detrás de esta medida histórica reside en los datos que maneja la Unión Europea. Bruselas estima que las capturas de la pesca recreativa podrían equivaler a un tercio del volumen total de la pesca comercial. Hasta ahora, ese volumen era una «cifra negra» desconocida para los biólogos y gestores de recursos.
Con la declaración obligatoria, se pretende tener una radiografía real de la presión que sufren los caladeros del Golfo de Cádiz. Especies emblemáticas para el pescador onubense, como la dorada, el robalo (lubina) o la corvina, estarán bajo la lupa para evaluar la sostenibilidad de sus poblaciones.
Distinción clave en aguas exteriores
La normativa marca una frontera clara entre las aguas interiores (competencia de la Junta) y las aguas exteriores (competencia estatal). Mientras que en la orilla y zonas cercanas se deberá notificar cada pez sin excepción, al cruzar el límite hacia aguas exteriores la obligación se suaviza: allí solo será imperativo declarar las capturas de especies de protección especial o sometidas a medidas de conservación diferenciadas.
Impacto en el pescador onubense
La noticia ha caído como un jarro de agua fría en los clubes de pesca y foros de la provincia. Huelva cuenta con una de las flotas de recreo más activas de Andalucía, y la medida afecta tanto al jubilado que pesca en la Ría como al deportista de competición.
- Competiciones: Los clubes y federaciones que organicen torneos en playas onubenses deberán garantizar que todos los participantes cumplen con el registro digital.
- Turismo de pesca: Aquellos que visiten Huelva desde otras provincias para pescar también estarán sujetos a la norma, sin excepciones por ser foráneos.
En aguas exteriores (competencia estatal), la medida pone especial énfasis en especies sometidas a TAC (Totales Admisibles de Capturas) y de especial protección, como el atún rojo, el pez espada o la merluza, cuya declaración ya venía siendo más estricta, pero que ahora se generaliza al entorno digital.
Cuenta atrás para 2026
Aunque la obligación entra en vigor en enero de 2026, la administración busca que el año 2025 sirva de transición y aprendizaje para el uso de la plataforma digital. El objetivo es que la imagen del pescador con su libreta de papel o simplemente «a ojo» desaparezca para dar paso a un perfil digitalizado.
Para el sector de la pesca deportiva en Huelva, que siempre ha defendido su bajo impacto frente a la pesca de arrastre industrial, este decreto supone un reto de adaptación mayúsculo y el temor a que la burocracia acabe ahogando una afición que, hasta hoy, era sinónimo de libertad y desconexión.
